Gestionar toda la producción de alimentos, mantener la calidad de los alimentos y los márgenes de ganancia. Controlar los turnos del personal, los pedidos, las hojas de funciones y la gestión diaria de la cocina. Cumplir con el HACCP y todas las políticas de la empresa. Delegar tareas diarias al equipo y coordinar con la gestión de otros departamentos para entender las operaciones del negocio. Cumplir con los estándares establecidos según el manual de alimentos y seguridad de la empresa. Elaborar menús que cumplan con la conciencia sobre alérgenos y los requisitos dietéticos. Controlar los presupuestos y los registros de la cocina. Asegurar que todos los empleados que tengan contacto con los alimentos cumplan con los estándares de higiene y salud ambiental.